top of page

¿Es verdad que necesitamos ser amados?

  • Foto del escritor: Sandra Romero
    Sandra Romero
  • 3 ene 2023
  • 6 Min. de lectura

ree

En nuestra sociedad normalmente se nos inculca que debemos ser independientes, que no debemos necesitar de otros, que debemos ser capaces de vivir nuestra vida sin esa necesidad de dependencia. Suele ser más difundida esta idea para las personas de sexo masculino, que para las del sexo femenino; pero igualmente es "reprochado" cuando alguien sufre de amor.

Más de uno habrá escuchado esta frase: "De falta de amor nadie se muere", pero realmente ¿es así? Y sí! puede ser que algunos no se mueran... pero bien que se sufre! ... o alguien puede decir que no ha sufrido nunca por algo relacionado al amar o ser amado. Y si es así, entonces que está funcionando mal. Porque sí debemos ser independientes, nuestra naturaleza, queramos o no admitirla, nos hace sentir, que sí necesitamos a alguien.

La clave para desenmarañar este cuestionamiento, radica desde nuestro nacimiento. Nosotros, la raza humana, somos la única raza que necesita de alguien para sobrevivir. Por ejemplo, los caballos ni bien nacen se paran al poco tiempo de nacidos, porque si no lo hacen no van a poder sobrevivir. Nosotros necesitamos que nos carguen, que nos alimenten, etc, etc.... sin nuestra madre, padre o la persona designada a cuidarnos ni bien nacemos, estamos "fritos", simplemente moriremos. Entonces pensemos: ¿definitivamente necesitamos de alguien por lo menos los primeros meses de vida?, está claro que sí, y ¿luego? Recién aprendemos a caminar entre el año y año y medio aproximadamente, no somos capaces de buscar nuestra comida por otros años más, entre otras cosas que no somos capaces de hacer por nosotros mismos cuando somos niños. Entonces en realidad necesitamos de alguien ya no meses, sino varios años de nuestra vida, por lo menos para sobrevivir físicamente hablando.

Siguiendo en esa línea de ideas, ¿y qué sucede con el amor? ¿lo necesitamos para vivir? ¿necesitamos que alguien nos ame para sentirnos bien y seguros en la vida?

Hay miles de estudios que demuestran la importancia de la relación de dependencia entre madre e hijo los primeros años de vida. John Bowlby (Psiquiatra) que allá por los 1940 realizo varios estudios que lo llevaron a defender la teoría del apego entre madre e hijo, que postula básicamente que la calidad del vínculo con las personas que amamos y la desatención emocional temprana definen el desarrollo de la personalidad y los lazos que establecemos con el resto del mundo. En otras palabras, que los seres humanos necesitamos el cariño tanto como el alimento. Si explicamos lo dicho en comportamientos, sería así: necesitamos cercanía física y emocional de las personas que nos cuidan; los necesitamos cerca cuando nos sentimos inseguros, tristes o intranquilos; los extrañamos cuando nos separamos de ellos, y necesitamos contar con su respaldo o apoyo cuando nos aventuramos a explorar el mundo o hacer algo nuevo.

¿Estos comportamientos les hacen sentido? ¿será que buscamos que nuestras parejas de vida se comporten dándonos soporte al menos en estos momentos? ¿será que en realidad en nuestros genes está la huella de ser personas que necesitamos de otras, al menos de una?

El mismo Bolwby allá por esos años deslizo la idea del Apego Adulto, sosteniendo que los adultos podrían sentir la misma necesidad de seguridad y cariño que necesitan los niños. El entendía como una "dependencia efectiva" el ser capaz de buscar apoyo emocional en los demás a lo largo de la vida, y lo veía como una fuente de entereza, no de debilidad, cómo sería visto actualmente en nuestra sociedad.

Sue Johnson (Doctora en Psicología Clínica y especialista en el tema de Parejas) propone que el "amor romántico surge de la necesidad de apego, del ansia de vínculo emocional". En otras palabras, ella sostiene que todos nosotros estamos programados en nuestra naturaleza a encontrar a una persona de la cual depender, "un ser amado que nos ofrezca conexión y apoyo en un marco de seguridad". Ella basa su terapia centrada en las emociones, en una idea muy sencilla: basta con que las parejas admitamos que dependemos emocionalmente una de la otra (al igual que un niño necesita el cuidado, consuelo y protección de su madre) para poder generar un vinculo afectivo, fortalecerlo y en resumen, tener relaciones más armoniosas con nuestra pareja. Sustenta que: "la sensación de pertenencia es fundamental para disfrutar de relaciones amorosas positivas y proporcionan un enorme caudal de entereza a los individuos".

Hasta acá, ¿qué pensamos? ¿tendrá sentido esta idea de aceptar nuestra naturaleza dependiente, como clave para tener relaciones más armoniosas con nuestra pareja? o ¿todavía no estamos seguros que somos una raza dependiente física y emocionalmente hablando?.

Yo misma fui suspicaz al inicio, así que analicemos un poco más al respecto.

Existen infinidad de estudios donde demuestran que vincularse a los demás beneficia notoriamente la salud, en todos sus aspectos (físico, mental y emocional). Hay otros estudios que demuestran que las personas casadas viven más que las solteras. Otros refrendan el hecho que el aislamiento afectivo constituye un enorme riesgo para la salud, mayor que tener la presión alta o fumar incluso. ¿Pero por qué se da esto?

En el campo de la neurociencia se ha determinado, que cosas tan sencillas como darle la mano a tu pareja en un momento difícil tranquiliza las neuronas de la otra persona, y por tanto le brinda calma, lo relaja. ¿Cómo funciona esto? Existe algo llamado las "neuronas espejo" (que están localizadas en el córtex pre-frontal del cerebro), que fueron descubiertas allá por 1992, y que son las responsables de la empatía. Se han realizado estudios donde se comprueba que estas neuronas se activan en momentos emotivos, por ejemplo, cuando escuchamos una música que nos escarapela el cuerpo, cuando tenemos un momento de conexión emocional con nuestra pareja, o con nuestros hijos, generando una vibración o "resonancia emocional" que al final de cuenta nos va a permitir interpretar intenciones y emociones, responder a signos no verbales, en otras palabras: responder emocionalmente y ser empáticos. Son las que permiten lograr el tipo de conexión tan intenso que tiene una madre con su hijo, o que tienen los amantes en la expresión de un amor genuino.

En estos momentos de plena conexión emocional también se observo que el cerebro se inunda de oxitocina, o también llamada, la hormona del amor. A esta hormona se le responsabiliza de proporcionarnos sensaciones de placer, bienestar y tranquilidad. Se ha comprobado que las personas segregan esta hormona cuando están cerca físicamente de la figura de apego, sobre todo en momentos de intensa emoción. Por ejemplo, cuando una madre le da de lactar a su hijo, o durante el orgasmo en una relación sexual. Esta hormona reduce los niveles de cortisol, que son conocidas como las hormonas del estrés. Los estudiosos de esta neuroquímica, base para esta teoría del apego adulto, refrendan que las personas que tienen mas oxitocina, tienen mayor tendencia a confiar y a comunicarse con los demás. Que esta hormona sería vista como la forma que tiene la naturaleza de fomentar el apego. Y por eso genéticamente se podría sustentar que requerimos de sentirnos queridos y querer.

En otras palabras: Se genera mayores niveles de oxitocina cuando se está en contacto (físico y/o emocional) con la persona amada. A mayores niveles de oxitocina menos cortisol, por tanto menos estrés experimentaremos. Y si tenemos menos estrés tendremos mayores probabilidades no sólo de ser más saludables, sino también de tener más momentos de conexión emocional intensa con nuestros seres queridos, y por tanto relaciones más armoniosas.

Así que volviendo a la pregunta del inicio, ¿es qué de verdad necesitamos ser amados? sostengo por mi experiencia de vida y por mi experiencia profesional, que SI, definitivamente SI. Y sí bien aceptar esta idea va contra los preceptos que nos puedan haber trasmitido en nuestra crianza, va contra nuestro mal entendido orgullo, y sabe dios contra cuantos otros contras ira... vale la pena replanteárnoslo en pro de vivir una vida más tranquila, más querida, más genuina, más acorde a nuestra naturaleza.

Humildemente los insto a "salir del closet" (por mas esfuerzo que genere el desprogramarnos y volvernos a programar bajo esta idea de la necesidad de amor) y poder decir abiertamente a nuestra pareja, al mundo, que necesitamos amar y ser amados para vivir en bienestar. Considero que este esfuerzo siempre será pago. Y sus hijos o futuros hijos también se lo agradecerán.


por Sandra Romero Oroza

 
 
 

Comentarios


  • WhatsApp
  • Instagram
  • Facebook

©2022 por Sandra Romero Oroza

bottom of page